Lanús, el último y sorpresivo campeón del fútbol argentino, afronta este año con un desafío mayor: la Copa Libertadores de América. Para Alejandro Marón, presidente del club, la posibilidad de disputar ese torneo y, a la vez, el campeonato local será también una oportunidad para fortalecer la política de promoción de jugadores de las inferiores que lo llevó a coronarse campeón en el Apertura 2007.
En diálogo con La Máquina de Humo, Marón analiza las bases sobre las que se asentó el mayor logro deportivo de la historia del club del conurbano, cuenta cómo se prepara para afrontar el año y asegura que los dirigentes del club jamás lo usarían como plataforma política.
¿Cuánto hace que se empezó a gestar este campeonato de Lanús?
Yo diría que desde hace muchos años. Esto obedece a haber trabajado en un proyecto a mediano y largo plazo. No se puede precisar muy concretamente, pero sí se puede decir que es el trabajo de muchos años. Este logro se empezó a gestar apuntando a una determinada forma de hacer viable el fútbol para Lanús, en lo deportivo y en lo económico. Depués, incidieron múltiples factores. También la tarea del cuerpo técnico fue determinante para entender esta idea del club de promocionar a los jugadores juveniles; ellos los conocían por su trabajo en el fútbol juvenil. Si uno tiene que precisar el tiempo, es un poco incierto, porque fue mucho tiempo de trabajo que llevó gestar esta realidad.
¿Cuál fue el espejo de Lanús: el Vélez del '90, el Ferro del '80? ¿En qué se basó este trabajo?
Creo que tiene puntos en común con esas dos etapas de esos clubes, que trataron de reforzar lo que tenían en casa, de apostar por lo que tenían en el club y, a partir de ahí, con gente identificada con el club -no solamente los jugadores, sino también el cuerpo técnico-, tratar de conseguir los objetivos. Me parece que son procesos que tienen puntos en común.
Hoy Lanús tiene 28 mil socios, 30 disciplinas deportivas, una infraestructura moderna, ninguna deuda, cuentan con 14 millones de pesos de superávit… ¿Van a ir por refuerzos o van a mantener esta política de apostar por las divisiones infreiores?
Se realizó un refuerzo, que es el de Ivan Macalik, que forma parte también de una idea de proyecto para el futuro, si bien es un jugador que hoy es una realidad en un puesto en el que por ahí, hoy, Lanús no tiene para proveer desde las inferiores inmediatamente. Sí hay chicos que por ahí un poquito más adelante se van sumar en esa posición, con una muy buena altura. Probablemente sea la única incorporación, salvo que se dé alguna salida imprevista.
Algo parecido a la contratación de Leonardo Sigali, cuando se hizo a mitad de año, ¿verdad?
Bueno, lo de Sigali fue a préstamo. El jugador es de Villareal. En el caso de Macalik se compró el pase, así que fue también incrementar un poco el patrimonio del club.
¿La opción de compra para Sigali es de dos millones de dólares?
Dos millones de euros.
¿Qué pasa con Walter Ribonetto? Se habla en estas horas de que podría ser jugador de Central.
La gente de Central no se comunicó con nosotros. Lo sabemos por trascendidos periodísticos, únicamente. En esto también hay que ver cuál es la opinión del jugador, si es que la ofetta llega a ser concreta.
¿Cómo se preparan para la Copa Libertadores?
Para nosotros es una situación muy linda, un estímulo muy grande. Es la primera vez que Lanús va a participar en la Copa. También para lo que es el proyecto futbolístico del club es muy importante, ya que permitiría que, ante la doble competencia, muchos jugadores jóvenes que hoy no tienen lugar tengan su espacio y su rodaje en primera división.
¿Cuál fue el jugador que lo vislumbró, que considera el pilar para obtener el campeonato?
Yo creo que hubo varios jugadores que tuvieron un nivel muy alto. Para llegar a ser campeón, no creo que se pueda lograr si no se conjugan varios rendimientos altos. Pero bueno, creo que el caso de Pelletieri, de Valeri, de Sand… Hubo muchos jugadores… Creo que el ingreso de Sebastián Blanco, en los últimos partidos, fue vital para dar un soplo de aire fresco, de desparpajo. El club tiene muchas expectativas cifradas en él. Por ahí el gran público no lo conocía. Acosta, Velázquez, Matías Fritzler… no quiero ser injusto con ninguno. Hubo muchos jugadores que tuvieron un nivel muy alto. Creo que hubo un nivel parejo y que algunos tuvieron, más allá del buen rendimiento, un nivel superlativo.
¿Qué piensa de los referente: Chiquito Bossio, Graieb, Pepe Sand, Ribonetto…?
Yo creo que son muy importantes, no solamente en la cancha sino también fuera del campo de juego. Porque Lanús tiene un plantel que, más allá de ellos, tiene jugadores muy jóvenes, todos entre 18 y 21 años. Y creo que uno ve en el día a día, en el vestuario, fuera del campo de juego, la importancia que tiene tener a esos líderes positivos, de tener a gente experimentada, que se compromete con el club y con sus compañeros para tratar de aconsejarlos para que puedan desarrollar sus carreras, en el futuro, de la mejor manera.
Después del campeonato de Lanús, usted, que permanentemente se manteía en un perfil bajo, tuvo una gran exposición meditática. ¿Cómo fue llevarlo?
Eso tiene que ver con la personalidad de cada uno. A pesar del muy fuerte requerimiento de los medios, siempre me mantuve con el perfil bajo porque es mi forma de ser y es como me siento cómodo: trabajar para el club, pero sin un rol personalista ni con un perfil mediático. Es la forma que cada uno tiene de ser en la vida. Esa es mi manera de actuar.
Más allá del fútbol: usted es vecino de Lanús desde hace muchos años. ¿Se siente el cambio en la intendencia, con la llegada de Daniel Díaz Pérez y el alejamiento de Manuel Quindimil, que estuvo décadas al frente del municipio?
Yo creo que el cambio no se va a ver tan rápidamente. Hace poco tiempo que asumió la nueva gestión de Daniel Díaz Pérez, así que seguramente los vecinos, de ver un cambio, lo verán en los próximos meses.
¿Lo tienta tener un cargo público nacional?
No, no, no… Ya me ha sido ofrecido, inclusive para estas elecciones que pasaron, y no. Lanús, por suerte, tiene una conducta de sus dirigentes, desde hace ya muchos años, de no vincular la política partidaria con el club. No critico que se haga en otros clubes, pero no pasa en Lanús. El que va a trabajar al club lo hace por la vocación, por la pasión que siente, y no para usar al club como trampolín político.
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